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Tan tristemente cierto y actual todavía... |
Mientras las noticias no dejan de informarnos de las
disputas y protestas por las reformas laborales, el paro, las formas de
solucionarlo, crisis y demás, yo he ido a la Seguridad Social para dar de alta
a un trabajador.
No espero que me pongan una medalla o un diploma por dar
trabajo, pero por lo menos lo que podía esperar es que me lo pusiesen fácil. Y
no ha sido así, por supuesto.
Relatemos la experiencia. Voy a la SS con el contrato de
trabajo firmado por el trabajador y el DNI. Por si acaso llevo todos los
papeles de la sociedad que encuentro. Por si acaso; ya estoy escarmentado de
burocracia. Pero no lo suficientemente escarmentado, como descubrí.
Primer obstáculo: ¿la sociedad está registrada ya en la SS?
Pues mire usted, no. Error mío; no se me había pasado por la cabeza que después
de haberme registrado en el Registro Mercantil y en Hacienda, también
necesitase registrarme en las SS. Quiero decir... en la SS.
Bueno, eso se puede resolver. 'Bien, entonces, querría dar
de alta a este trabajador.' 'Es que eso ya no se hace aquí; ahora hay que
hacerlo telemáticamente.' 'Bien, pues... (gesto que apunta inconscientemente al
ordenador que ilumina las gafas de la funcionaria) para eso tiene que darse de
alta en el sistema Red Directo; mi compañera de aquella mesa le puede explicar
lo que es, en cuanto acabe con esa persona. ¡Te mando a uno, ¿vale?!’
Bien, el Red Directo es un sistema por el que puedes (y
debes) dar de alta a un trabajador por internet. Pero este sistema tiene un
problema: que es un infierno. Ya no quiero meterme en casos de empresarios que
nunca han tocado un ordenador porque "eso se lo lleva su hijo", pero
para darse de alta a este servicio/obligación hay que: darse de alta en el
sistema, luego solicitar el Silcom (?) y darse de alta en el mismo, luego
llamar al 901502050 (número mágico que por lo visto vale para todo) para pedir
el número de autorización, con el que puedo cubrir no sé qué papel que llevo a
la SS, después llamar a ese número para hacer algo más que la funcionaria no
entendía, y, después de todo eso, enchufar el USB al ordenador para instalar
algo que llamando al 901502050 ya me indicarían qué es. Después de todo eso, y
de haber solicitado la cuenta de cotización, de haber dado de alta la empresa y
a mí como autónomo y de haber hecho un aquelarre en Finisterra con las orejas
apuntando a Cuba, después ya podré
hacerme a mí mismo el gran favor de dar trabajo a una persona.
Es curioso porque yo sospechaba que con el creciente
porcentaje de paro en el país las cosas serían más sencillas. Viendo en TV como
parce que para despedir a 5 mil trabajadores todo lo que hay que hacer es
decirlo en público o pedírselo al ratoncito Pérez, creía que hacer lo
contrario, lo bueno, lo que se supone que todo el mundo desea, debería ser muy
sencillo. Ir con el contrato firmado y pagar; ¿por qué es necesario algo más?
Pero claro, tal y como me dijo la funcionaria: "¿Tú qué
te creías? ¿Que esto llegar con el contrato y hala, a encher?". Y luego se
quejan de reformas laborales... Claro, como los trabajadores no tienen que
pasar por este calvario… Lo que yo creo es que reformas han hecho pocas, o
demasiadas. Desde el momento en que dar trabajo ES un trabajo, la cosa no está
bien.
¿O qué creéis? ¿Que durante esta vestía por el desierto, que
aún no ha terminado, no me di cuenta de que era todo más fácil pagando en negro
y fuera? Creo que ya sé cual es el primer paso que deben dar para evitar el
trabajo “sumergido”...
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