miércoles, 29 de junio de 2011

¿Queremos democracia o no?


Tras dejar clara mi indignación por lo tarde que el mundo se ha indignado, no puedo evitar la siguiente reflexión. ¿Os acordáis aquella época tan lejana (allá por el 2006) cuando el mundo miraba a China exigiéndole democracia y respeto por los derechos humanos? En aquellos años prediluvianos en los que China iba aún a toda máquina aunque estaba frenando para que su economía no se sobrecalentase, mientras nosotros nos veíamos tan ricos, poderosos e inteligentes que nos creíamos con derecho a exigirle a todo el resto del mundo que entrase en nuestro juego.

¿Qué opinarán de todo eso en China ahora, al ver las calles de España y cada vez más lugares del mundo occidental, exigiendo el fin de la democracia y viendo infracciones de derechos humanos por todos lados? Por lo menos debe de ser curioso.

Nuestro sistema perfecto, tan bonito y que tanto orgullo nos proporcionaba de repente es el peor del mundo y la gente mira hacia todos lados buscando una alternativa. Me imagino a los chinos diciendo “bueno, os vais aclarando y cuando tengáis claro lo que queréis para vosotros hablamos de lo que se supone que nosotros debemos buscar”.

Con la excusa de infracciones a los derechos humanos que los países occidentales un día decidieron que eran los Derechos Humanos (ésos y no más ni otros) países han invadido países, se han lanzado bombas y nos hemos llenado la boca muchas veces. En casi todos los casos las consecuencias no han sido especialmente dignificantes. Sólo espero que el movimiento 15M, al que considero el heraldo de nuestra salvación futura, no caiga en el mismo error de tratar de arroparse de razón con esas mismas excusas.

Una última reflexión: en muchas ocasiones se ha dicho que uno de los mayores problemas de la democracia es su lentitud. En concreto, se ha dicho que una de las razones por las que China se compara con un dragónsubiendo al cielo a toda velocidad y a India con un elefante que sube unamontaña con dificultad, en lo que a crecimiento económico se refiere, es el hecho de que India es un país democrático mientras que en China el gobierno tiene mayor control y puede aplicar determinadas medidas con más efectividad y celeridad. Este punto de vista acarrea muchos riesgos, no hay duda, y en momentos como el actual creo que debe tenerse muy en cuenta este riesgo en concreto: en la situación actual los procesos democráticos van a retrasar nuestra capacidad de respuesta y la toma de medidas necesarias para poder salir antes de esta situación de crisis (o para evitar ahondar en la misma), pero ¿realmente estamos dispuestos a sacrificar la democracia por nuestros bolsillos? ¿Qué consideramos más importante: poder consumir a gusto o vivir bien? No hay duda de que a día de hoy muchos más chinos viven mejor que hace unos años y todo eso se consiguió sin democracia, y también es cierto que los primeros años de democracia de nuestro país no fueron especialmente buenos (con cifras similares a las actuales), pero también hay que pensar en lo que sucede en otros países sin democracia como Myanmar o Cuba para ver que no siempre es fácil saber dónde está el punto de equilibrio en la balanza.

¿Realmente la democracia es un lastre en la situación actual? Yo creo que no. ¿Es un sistema fácilmente corrompible? Sin duda. ¿Qué es lo que debemos hacer? Ésa es la pregunta clave y el que hallemos la respuesta lo antes posible es lo que nos salvará de un futuro desolador. No olvidemos que Hitler llegó al poder democráticamente durante una crisis económica aguda y el mismo pueblo le pidió que anulase la democracia para salir de esa situación, y que, peor aún, los primeros años del nazismo fueron muy buenos económicamente hablando para aquel país y de ahí el gran apoyo inicial del pueblo alemán a aquel proyecto. De situaciones de crisis nacen las peores dictaduras y los más horribles ejemplos de la Humanidad. Espero que sepamos tener perspectiva.

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