lunes, 26 de diciembre de 2011

La solidaridad de interés

¿Y si ella tiene más sed que tú...?


Odio la solidaridad de interés. Ese aprovechamiento sinvergüenza que hacen algunas empresas, mal aconsejadas por su departamento de marketing, de la solidaridad buscando sin rubor el aumento de las ventas. Son esas campañas en plan "XX donará 5 céntimos a Unicef por cada producto vendido en estas fiestas"; o "un euro del precio de este loquesea se destinará a crear un campo de negritos en el África tropical".

Yo cada vez que veo una de estas campañas lo primero que pienso es: "ya sé qué marca no voy a comprar". ¿Acaso soy el único que se da cuenta que lo que ofrecen es siempre algo mísero? Tú te gastas 2 euros en un producto, de lo que ellos sacarán por lo menos un euro de beneficio, y ellos donan 5 céntimos. ¡Venga hombre! Si realmente te preocupasen los negritos darías más; o lo donarías sin más, sin hacer publicidad de ello.

Creo que todos sabemos que es muy típico el timo de la estampita similar a éste, con lo de los productos ecológicos, responsables, supersónicos o como le quieran llamar; el hecho de que la producción sea “ecológica” supone un gasto de por ejemplo 1 euro más por kilo, pero se aprovecha la circunstancia y la buena conciencia de la gente subiéndole 2 o 3 euros. Pero al menos en ese caso está justificado: si tú estás dispuesto a pagar más por un producto presuntamente más sano o cataplásmico, sólo es cuestión de inteligencia que cobren más por él. Pero hacerlo jugando con la solidaridad de la gente, ya me parece más “behind de musgo”.

Todos sabemos que lo que donan es de poca vergüenza, sin embargo si estas campañas siguen existiendo es porque les salen bien; y eso quiere decir que la gente cae en esa trampa. ¡Pero cómo somos! A veces dudo de que nos quede alguna esperanza...

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